En el oscuro callejón de la vida, donde el destino puede jugarnos malas pasadas, se encontraba Nicolas, un trabajador de la construcción que, al igual que muchos otros, fue arrastrado al abismo por un simple error de tiempo y lugar.
Era un día corriente, el 31 de enero de 2021, cuando el sol comenzaba a ocultarse en el horizonte y las sombras se alargaban sobre la Avenida 12 de octubre. Cristian, inocente y sin antecedentes penales, se encontraba estacionado en su modesta motocicleta de 110cc. Sin esperarlo, un sujeto conocido del barrio, con quien no tenía trato, se aproximó junto a él a bordo de una motocicleta Honda. La tensión en el aire se volvió palpable.
De repente, sin previo aviso, el desconocido acompañante de Nicolas, quien portaba un arma de fabricación casera, una temible tumbera, golpeó con fiereza el costado derecho de C.M.B.C., tratando de arrebatarle su teléfono celular. Nicolas, sin saber que hacer, y un poco por temor a convertirse en una víctima más de las calles oscuras y decidió irse del lugar inmediatamente.
El intento de robo quedó en eso, en un intento fallido. Los delincuentes, frustrados por su valentía, huyeron a toda velocidad por la Avenida 12 de octubre.
Pero las consecuencias no tardaron en llegar. Nicolas se vio enfrentado a una acusación injusta de robo con arma en grado de tentativa, como coautor, según el artículo 166 inciso 2º en función de los artículos 42 y 45 del Código Penal. La sombra de la justicia se cernía sobre él, amenazando con destruir su vida y su buen nombre.
En ese momento crucial, cuando la esperanza parecía desvanecerse, apareció un defensor decidido a luchar por la verdad. Analizando a fondo los eventos que rodearon el supuesto delito, descubrió irregularidades en el procedimiento llevado a cabo por la comisaría jurisdiccional. Los testigos presentes parecían esconder una verdad oculta. Mediante una minuciosa investigación, se reveló que uno de ellos no era quien decía ser, sino una mujer cuyo nombre y número de DNI habían sido manipulados para confundir y enmascarar la realidad.
La injusticia había quedado expuesta ante la luz de la verdad. La libertad de Nicolas fue solicitada y finalmente concedida, marcando un punto de inflexión en su vida. Sin embargo, la lucha no había terminado.
La investigación penal preparatoria continuó su curso, pero los hilos de la acusación se desvanecieron en el viento. Las pruebas escaseaban, y la fuerza de la verdad se imponía sobre la sombra de la duda. En la etapa final del proceso, la Cámara Criminal de la Ciudad dictó una sentencia trascendental. En ella, se sobreseyó totalmente y de manera definitiva a Nicolas de los delitos de robo a mano armada en grado de tentativa.
Muchas veces con mucho prejuicio decimos, con respecto a alguien que “por algo debe estar detenido, algo habrá hecho, por algo estaba ahí”, pero muchas veces ni siquiera es
el motivo por el cual una persona está detenida, afrontando ser acusada por todo un equipo fiscal en un proceso penal.
Existen hoy en día infinidad de causas donde personas son injustamente denunciadas y/o acusadas injustamente, ya sea por una mala recepción de la denuncia, por ignorancia, interés personal y/o connivencia de quien es el encargado de recibir la denuncia y muchas veces, por el mal actuar de la fuerza de seguridad que está a cargo de la investigación.
Si estas pasando por un problema como este o similar, quiero que sepas que podemos ayudarte, sabemos cómo hacerlo.